viernes, 29 de junio de 2007

Viajes Por el Scriptorium o La Vida de Paul Auster


Viajes por el scriptorium (2006) es un pequeño relato que nos sitúa al interior de la mente y de la narrativa de uno de los mejores escritores de la actualidad y de los pocos escritores Norteamericanos de excelencia en la actualidad, destacable tanto en sentido estético como temático, un escritor completamente fiel a sí mismo desde sus primeras narraciones que no ha caído en la tentación de venderse al capitalismo pleno; Paul Auster es un escritor pleno y conciente del público al que se dirige y si hay que alabarle algo además de su calidad literaria es su fidelidad a sí mismo.

Es libro es un juicio sumario, un análisis de conciencia tanto personal como en cuestión de autoría, es un cuento y un recuento de los hechos reales y ficticios que forjaron su literatura hasta éste momento, los personajes que creó y de la justicia que él como sheriff de su creatividad se tiene hacia sí mismo. Auster nos muestra una visión negra de su propia conciencia literaria y no repara en dejarnos ver sus demonios, todos ellos, lo que lo atormentas como a sus personajes en las noches, cuando está alejados de todos y solo lo acompaña la plumilla y la hoja en blanco, aquellos que se concibieron al calor de la batalla creativa; pero lo acompaña su elevado estado de neurosis que tiene él y cualquier otro creativo a esa edad; él mismo se condena a una existencia aislada, a un cuarto blanco y a una especie de desmemorización que al parecer es auto inflingida, tiene aliados y enemigos, y a todos ellos los ha dañado, lastimado, torturado y por eso merece su castigo; pero él mismo no puede evitar su glorificación, su castigo si, y al mismo tiempo su premio en un solo instante de la novela que se convierte en un texto continuo y eterno.

“He terminado un pequeño libro hace como un mes, tal vez la novela más extraña que he escrito” De esta forma Paul Auster describió su propia creación, ocasionando una gran expectativa entre sus lectores, quienes somos al igual que él, obsesivos, por lo que su personalidad disfuncional embona plenamente con la nuestra. Puesto que él no nos transporta a espacios o tiempos específicos, sino que distorsiona las realidades al volverlas trozos de psiques, de su psique o de la nuestra que en realidad no hay una diferenciación. Su narrativa esta llena de historias que conllevan a otras historias, algunas inacabadas y sus páginas están llenas de espejos y reflejos de los espejos que se reflejan a sí mismos en una espiral eterna.

Desde otra lectura, una más cercana a la realidad social, se vislumbra los Estados Unidos en toda su confusión y confesión actual en la que el discurso ha cambiado de un Nosotros (aislados y prepotentes) a un Todos (el mundo ya no es tan malo y se necesitan aliados); una nación tan poderosa como la habitación blanca lo es para Mr. Blank que se asemeja a un Big Brother pero sin la voz de comando, solamente es un poder intrínseco, al igual que la habitación, uno se encuentra adentro llena de enemigos internos de la cual no se sabe a ciencia cierta las intenciones, hay gente que lo apoya u otros que lo confunden, todos creados por la misma figura enigmática; y, al igual que el personaje, se sufre de una desmemorización auto inflingida sabe que hizo algo incorrecto, pero no se acuerda o no quiere acordarse e intenta recordar que hizo, donde estuvo su error y el por qué del odio hacia él.
Auster juega en el libro, con nosotros, con sus personajes, desde el mismo título que ya lo había usado como el segundo libro escrito por un autor ficcional que surge de una película ficcional en El libro de las ilusiones (2002), del cual se desprende el personaje de Davis Zimmer, quien solo es mencionado como esposo de la enfermera Anna Blue, que Auster ya había utilizado en El país de las últimas cosas (1987); una prosa desorientadora, creada para los fanáticos de Auster, pero no ausenta de una estructura que igualmente disfrutan los lectores noveles.

El libro también es una toma de conciencia provocada por el virus de la madurez o más específico, por el cáncer de la vejez, un regaño por los caídos en su batalla creativa y un confinamiento personal y neuronal con fines aparentemente terapéuticos, pero que en realidad son confesionales. En apariencia el personaje de la novela Mister Blank (o Paul Auster con todas sus letras) se somete a un olvido provocado que se conjunta con el olvido inconciente por las acciones hacia sus personajes, él mismo los describe como los describió anteriormente en alguna de sus novelas o en todas, los que sobreviven a ellas lo protegen o lo quieren juzgar tan duramente como muy probablemente se lo merece, pero él mismo se frena ante esa cuestión y se castiga desde lejos, denotando que es conciente de sus faltas, pero que, como todo escritor, de todas maneras se juzga a la distancia. Se trata del regreso a su territorio familiar, mas alejado de Brooklyn Follies (2005) pero más cercano de Mr. Vértigo (1994) o La invención de la soledad (1982).

No hay comentarios: