jueves, 4 de febrero de 2010

Oficial: el FICCO cancelado

Es una verdadera pena y vergüenza que nuestras autoridades dejen ir un festival que ya estaba adquiriendo renombre internacional por cuestiones políticas financieras (es decir, la partida que tenían contemplada a éste rubro se va a utilizar en las campañas de éste año y en otros asuntos previos a la campaña grande de 2012 como su metro, que por cierto, ya tiene vagones aunque no hayan sido comprado por medio de concurso; llegan en diciembre de éste año).

El FICCO (Festival Internacional de Cine Contemporáneo de la Ciudad de México) atraía a mucho público, especializado y neófitos en busca de nuevas experiencias, además de centrar la atención en cineastas poco conocidos del globo y, lo más importante, daba a conocer a muchos cineastas nacionales que de otra forma no habían tenido oportunidades (ejemplo claro es Amat Escalante en 2006, aunque después ganara el Premio en Cannes).

El problema no es la cancelación del Festival de Cine, sino el constante recordatorio de las prioridades de nuestra raza política, es claro que en México a los gobiernos, tanto el Federal como el Local le dan realmente poca importancia a la cultura en general, y por ende les importa mucho menos la gente que suele asistir a éstos eventos (llámese: museos, teatro, cine, conciertos, etc), pero podemos alzar la voz en ésta lucha intrínseca contra los intereses estatales, tal parece que no pues los intereses partidistas e individualistas son de tendencia democrática, nos acribillan a todos, ricos, pobres, inundados, cultos, no cultos. Es cómo se mueve el país y como son enseñados los que mueven los hilos de México y por más educación cívica que haya no se puede en contra de las acciones de 70 años de abusos remezclados con otros 10 de ineptitud y de desinterés general hacia el pueblo.

Yo creo en que los que manejan el FICCO van a lograr el apoyo de varios ciudadanos comprometidos con la cultura y con el cine, por lo pronto van a propiciar que las empresas privadas entren al quite, yo empezaría buscando apoyo de las Escuelas, tanto las públicas como las privadas del país (o al menos de la capital), sería un buen ejemplo de que no necesitamos la animadversión de los gobiernos para hacer que algo funcione, aunque le estaríamos quitando responsabilidades propias de los gobiernos mismos.

A final no deja de ser una vergüenza éste tipo de acciones y al menos a un servidor no deja de darme pena una vez más el decir "soy mexicano", gracias por hacer esto en pleno Bicentenario y hacernos reflexionar sobre los beneficios de vivir en éste país y de las posibilidades pírricas de evolucionar a algo mejor.


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