domingo, 21 de octubre de 2007

"Si yo muriera joven..."

de
Fernando Pessoa

Si yo muriera joven,
sin poder publicar libro alguno,
sin ver la cara que tienen mis versos en letra impresa,
pido que, si se quisiesen molestar por mi causa,
no se molesten.
Si así ocurrió, así es verdad.

Aunque mis versos nunca sean impresos
tendrán su propia belleza, si fueran bellos.
Pero no pueden ser bellos y quedar por imprimir,
porque las raíces pueden estar bajo la tierra
pero las flores florecen al aire libre y a la vista.
Tiene que ser así por fuerza. Nada puede impedirlo.

Si yo muriera muy joven, oigan esto:
nunca fui sino una criatura que jugaba.
Fui gentil como el sol y el agua,
de una religión universal que sólo los hombres no conocen.
Fui feliz porque no pedí ninguna cosa,
ni procuré hallar nada,
ni hallé que hubiese más explicación
que la de que la palabra explicación no tiene ningún sentido.

No deseé sino estar al sol o a la lluvia,
al sol cuando había sol
y a la lluvia cuando estaba lloviendo
(y nunca la otra cosa).
Sentir calor y frío y viento,
y no ir más lejos.

Una vez amé, pensé que me amarían,
pero no fui amado.
Pero no fui amado por la única gran razón:
porque no tenía que ser.
Me consolé volviendo al sol y a la lluvia,
y sentándome otra vez en la puerta de casa.
Los campos, al fin, no son tan verdes para los que son amados
como para los que no lo son.
Sentir es estar distraído.

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