martes, 31 de julio de 2007

Bergman y su influencia en el teatro

Aunque Ingmar Bergman fue más conocido por su trabajo cinematográfico de indiscutible calidad y de sobresaliente realismo, el artista sueco más célebre del siglo pasado (y el segundo en la historia de suecia, después de Ibsen), que por desgracia falleció ayer a los 89 años en su legendaria casa de Faro, Suecia; él era considerado fundamentalmente un hombre de teatro, siendo en éste terreno donde se inició en el terreno del arte y de donde se sustentó toda su obra. The ghost Sonata de 1954 con Naima Wifstrand y Benkt-Åke Benktsson.

Para él, su labor cinematográfica era sólo una extensión de la labor que realizaba en escena, llegando incluso a autodenominar lo que hacía con la cámara era "teatro filmado"; su manejo anual consistía en elaborar una o dos películas durante la primera parte del año y el resto se dedicaba a dirigir al menos una obra de teatro en su natal Suecia (mientras en el inter escribía sus guiones), de su autoría solo se sonocen dos obras: Largo viaje a la noche, en Roma, y La señorita Julia.
Hamlet de 1986, con Börje Ahlstedt, Peter Stormare.

Bergman realizó teatro universitario el cual nunca hemos podido ver en nuestro país bananero; y solo pocos fueron los directores y actores mexicanos que pudieron precenciar su trabajo, pero a pesar de ello su influencia ha sido muy fuerte en el país como lo reconoce Rodolfo Obregón, director del Centro Nacional de Investigación Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli, quien considera a Bergman como "un director fundamental que heredó a varias generaciones esa mirada introspectiva a los grandes tormentas y batallas que se desarrollan al interior de los seres humanos, particularmente en el terreno de la vida de pareja."
The People of Värmland de 1958 con sus actores fetiche: Max von Sydow y Bibi Andersen.

Con toda la maestría de sus trabajos, lo más impactante era la perfección actoral; proveniente de la tradición de Strindberg y de Ibsen, en la que el actor es la pieza fundamental y sus personajes solían ser realmente alucinantes. La fuerte introspección de su cine y su teatro influyó en directores como Ludwik Margules (quien montó la adaptación teatrat de La vida de las marionetas, el mismo director comenta que "Con Bergman de nuevo me enfrenté a la idea de la complejidad del personaje, de vericuetos de la tensión dramática y su relación con las múltiples facetas del conflicto. En esta obra manejé una intensidad dramática y una acumulación del peso dramático por encima de cualquiera de mis puestas"
Urfaust de 1958, también con Mox Von Sydow y Toivo Pawlo.

El mismo Bergman se refería a su labor como "El teatro, dijo en alguna ocasión, es mi mujer fiel, mientras que el cine es mi costosa querida", relación que surgió desde los 26 años en que ya era jefe del Teatro de la Ciudad de Helsingborg (sur de Suecia) y posteriormente director de los teatros de Gotemburgo, Malmo y finalmente del Real Teatro Dramático de Estocolmo, donde dirigió diversas piezas en las últimas décadas de su vida.
Peer Gynt de 1991, otra vés con Bibi Andersen y Börje Ahlstedt.

Bergman montó, entre otras obras, Calígula de Albert Camus, El carnaval de los ladrones de Jean Anouilh, La ópera de los tres centavos de Bertold Brecht y piezas de Tennessee Williams, Valle Inclán y Edward Albee, entre varios autores. Se le conoce como cineasta pues ganó siete palmas de oro en el festival de Cannes (incluyendo la Palma de Palmas en la edición número 50 del festival)y porque sus películas viajaron por todo el mundo; pero su brillantez proviene de la escena que es su escencia y su conciancia como artista.

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