jueves, 6 de septiembre de 2007

Clavitos (De la serie: "Trabalenguas y otras alteraciones")

por
A. R. SHOUP
Pablito cavó un clavito
en el cráneo de un indito
ni por odio ni racismo
sino por el gusto de hacerlo
y por la necesidad imperante
de hacerle daño a ajenos.
Pablito vivía solitario
mas no era inadaptado
trabajaba por módico salario
durante ocho horas diurnas
y completaba su día
con almuerzo, novia y juntas
pero una vez habiendo cenado
asechaba las calles nocturnas.

Esa noche de septiembre
entre una espesa lluvia
había visto al indito
quien subsistía vendiendo
golosinas en el metro
su horario era variable
y apenas comprendía el dialecto.
Pablito esperó hasta el punto
en que el indito partía lento
y una vez en la bocacalle
le acertó un golpe certero
dejando a su pobre víctima
soñando en el pavimento
en el sueño del justo
pero sin llegar al sueño eterno
situación que aprovechó Pablito
para llevárselo al camposanto
donde practicaba su ritual
mientras el padre con enjundia
abusaba de un niño enfermo.
Pablito como buen artista
trajo martillo, clavo y tornillo
para reiterar su ritual
bajo el brillo de la luna
pues la lluvia había pasado
mas no así el mal tiempo.
su ritual consistía
en cuatro clavos por miembro
y un tornillo al centro
para drenar lento
siendo tal la suerte
que la muerte venía lento

Pablito con pericia
arremetía contra el indito
y éste con fulgor
soñaba con justicia
con justicia divina o justicia del hombre
en ese momento la división era ignota
Pablito terminó su noche
rebosante de alegría
y dejó al pobre indito
sudoroso carmesí
a su suerte pavorosa
de agonía lenta y pasmosa
mientras tanto Pablito
se encaminaba a casa
a dormir como chamaco
sin dictados de conciencia
y a soñar con sus siguentes
clavitos para clavar.

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