Es simple, solo hubo tres dígnos de mencionarse.
1.- PINK FLOYD: The Dark Side of the moon.
El mejor concierto al que había asistido en mi vida había sido el de Pink Floyd: The Wall hace ya tres años, y solamente él mismo pudo destronarse, fántastico, más emotivo que el anterior, y con mayor control del público (como si le fuese complicado tenerlo en sus manos), pero en el show se vio de todo, desde el homenaje al (en ese momento) recién fallecido Syd Barret al interpretar "Shine on you Crazy diamond", el soltar el famoso cerdo volador en "Sheep" que en éste caso tenía leyendas en contra de la administración Bush y contra el "Muro de la Vergüenza". Practicamente tocó cuatro discos completos: "Wish you were Here", "Animals" y por supuesto el "Dark Side of the Moon", más diversas canciones del "Meddle", "Obscured by Clouds" y por supuesto de "The Wall", más algunas de Waters como solista; más de tres horas de concierto que valieron completamente la pena, cabe destacar el escenario que es el más espectacular que haya visto en muchos años, pantalla digital, una interactividad con el video presentado y los músicos como nunca lo he visto, sonido skywalker digital y el Roger Waters dando todo, es el mejor espectáculo al que asistí en éste año y no creo que se pueda superar en un rato.
2.- Turandot
La primera vez que viene el teatro Colón de Buenos Aires y no se le pudo pedir más, la producción de la Ópera de Puccini fue eimpecable, los cantantes excelentes, cinco fechas llenando el Auditorio Nacional fue suficiente como para impresionar a cualquiera y ellos no fueron la excepción, al parecer ya establecieron como punto casi obligatorio a nuesta mounstruo conocido como DF, es probable que la siguiente vez que arriben a nuestra tierra llenemos mñas fechas. Nada se le compara
3.- Las Nueve Sinfonías de Beethoveen
Ya desde hace años, la Sala Netzahualcoyotl de la UNAM ha albergado a su sinfónica en dos temporadas (Otoño-Invierno, Primavera-Verano), pero a mediados de año, mientras descansan, el recinto es ofrecido a la Sinfónica de Minería, la cual desde ese mismo número de años ha superado notablemente a la sinfónica local; desde hace tres años la dirección de la Sinfonica de Minería está a cargo de Carlos Miguel Prieto, heroe personal y el mejor director que la ha elevado a un nivel envidiable (Prieto también dirige la Sinfonica de Nacional, la orquesta filarmónica de Lousiana además de ser director huesped de más de 15 orquestas en Estados Unidos, Argentína [incluyendo el mismo Teatro Colón] y Europa).
Este año se volaron la barda literalmente y destrozaron a las demás orquestas de la ciudad (y del país) al presentar las nueve sinfonías de Beethoven en orden, de la 1 a la clasica 9, todas con una producción excelente y completando el programa con Igor Stravinsky en su mayoría. Un verano para recordar y al menos la 3, 5, 7 y 9 para resaltar en el panorama anímico de la ciudad.
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