viernes, 11 de enero de 2008

Adios al Maestro Henestrosa (1906 - 2008)


Cuando era niño viví en el rancho, en el monte, a la orilla del mar, a la orilla del río... cantos de aves y flores silvestres daban la primera lección de belleza y de amor; el mar, la primera lección del infinito. Yo hablo el huave y el zapoteco. El huave lo aprendí del pecho derecho de mi madre, del izquierdo el zapoteco.

Después, de otros pechos aprendí numerosas lenguas.
Los indios nunca nos cansamos, hemos vivido caminando y seguimos caminando: muchos caminos he recorrido. Busqué otras palabras, otras miradas, cosas distintas a las que ya conocía yo.

No tengo tristeza de mi pasado. A veces he creído que algunos de mis sueños se cumplieron.
Yo soñé escribir porque como en mi pueblo no había libros, había uno solo que recorría todas las casas, íbamos a verlo y a olerlo, porque la letra perfumada tiene aroma.

Hay una enfermedad que en zapoteco se llama dxibi guixa, quiere decir dxibi miedo y guixa, tonto, es como un miedo, una emoción, la padecen los niños que ven una relación entre hombre y mujer. Yo no la tuve porque desde niño sabía que eso era muy natural.


Llegué de mi tierra (a la ciudad de México) hambriento de saber. Fui a ver a Vasconcelos, a pedirle ayuda, era un 15 de febrero de 1923. Me fui a la Normal, ahí me dieron cama, lavado de ropa; yo no tenía más que una muda, la lavaba y la tendía a secar en el corredor, pero yo decía: esto no será siempre así, algún día tiene que cambiar.


Tuve muchas amigas... A María Izquierdo, la pintora, la encontraba cerca de los mercados con sus ropas coloridas y sus grandes moños de listones azules, verdes, colorados, era como un trozo de campo que pasaba. Lola Álvarez Bravo. La fotógrafa, Irma Marcué, Celia Montalbán, y otras amigas me invitaban a comer.


Por desgracia ya comenzó la saga anual de la muerte, el año pasado fueron tres maestros del cine en menos de una semana y éste año comenzamos con la noticia de la muerte de Andrés Henestrosa a los 101 años de vida, Henestrosa era un grán maestro en todo, el Periodismo, La Poesía, El Ensayo y la Narrativa en general; aunado a esto las noticias de que a Benedetti y a Saramago (en ése orden de importancia) estan hospitalizados en condiciones críticas.

Esperemos que no sobrevivan al menos un poco mas, un texto más, un poema más, triste día pero al menos con el conociemiento de que El Maestro Andrés Henestrosa hozo de todo y lo hizo como se le dió la gana, dijo lo que se le dió la gana y al parecer tuvo una vida feliz y se le notaba.
Dejo un fragmento del libro de la fotógrafa Blanca Charolet que unía fotos representativas del maestro con algunas cuestiones personales:

¿La tierra?

La tierra es nuestro sustento.
No en balde se llama la madre tierra.
De tierra estamos hechos
y en tierra al final nos convertimos.

Y, ¿los libros?

Yo creo que en el libro se suman todas las capacidades del hombre: el que inventó la tinta, el papel, el tipo de imprenta, la imprenta. En el libro, en el papel, el hombre pone lo que piensa, lo que siente, lo que sufre. Lo que lo alegra, lo que lo mata, lo que le da vida. Por eso el libro es para mí una cosa sagrada, santa.

¿Qué me dice de la lectura?

En mi oficina leo acostado.
Soy un camaleón: lo que no quiere decir
que sea un león en la cama...

¿Qué es para usted la palabra?

La palabra es la más grande invención, creación del Hombre.
En la palabra se repite su creador:
No te olvides que el mundo se creó por unas cuantas palabras:
Hágase la lu.
Y la luz fue hecha.
La palabra es la Humanidad.
Y como la voz tiene diferentes colores y entonación,
según tenga el alma.

¿La pareja?

Es el gran hallazgo de la vida.
Es la búsqueda y rara vez el encuentro de la mitad que nos falta:
la mujer.

¿Los hijos?

El hombre se prolonga en el hijo; lo tenemos cundo somos jóvenes; en él te prolongas. Sobrevives, anatómicamente hablando.
Heredas la nariz de tu padre y los ojos de tu madre; tienes el mismo andar de tu abuelo.

Para Andrés, ¿qué es el tiempo?

El tiempo, Blanca, es la irrealidad más real que el hombre pudo concebir: Es su invento más asombroso.
Existe independiente de nosotros: nos trae, nos lleva; nos detiene, nos ordena andar.
Cuando decimos Tiempo, el tiempo ya pasó, y con él, nosotros.
¿Por qué lo inventó el hombre?
Lo inventó para saber lo que ha vivido y lo que le falta por vivir. El tiempo es ese puente invisible, inexistente que hay entre la vida y la muerte: las dos inmensas nadas.
Un suspiro, un sollozo, un parpadeo de la nada: eso es el tiempo...,
la inmensa nada.

Para usted, ¿qué ha significado escribir?

Es siempre un intento, nunca un logro.
El intento de decir lo que pasa en los más profundo de tu ser:
El que más camina en esa búsqueda, simplemente se aproxima, nunca llega a decir todo lo que soñó. Era torpe sus canción, decía Manuel Gutiérrez Nájera, pero verlo. ¡que linda la melodía que oía!

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