martes, 4 de octubre de 2011

Reflexiones sobre M

Siendo el primer medio masivo de comunicación, el cine se creó en el año de 1895 en Francia, pero el mayor desarrollo técnico estuvo a manos de los alemanes. En parte por haber perdido la Primera Guerra Mundial; en esos años (1918-1925) los gobiernos tanto de Francia como de Alemana dieron un gran impulso al desarrollo de la industria cinematográfica de sus respectivos países con tres intenciones fundamentales: generar movilidad económica, elevar el ánimo de sus ciudadanos y posicionar en el colectivo elementos socioculturales identitarios que unificaran a la sociedad de la postguerra.

En 1918 surge en Alemania el primer género cinematográfico del mundo: el expresionismo, que busca, a través de la puesta en escena teatral, de tomas con angulaciones extremas, sombras pronunciadas y un claroscuro muy definido denotar el carácter psicológico de sus personajes. Los cuales suelen estar enfrascados en una lucha entre el bien y el mal, siendo éste tanto psicológico como sobrenatural, pero siempre cayendo en la ambigüedad (monstruos o personajes que no son tan malos sino el villano verdadero es el que lo controla o es la sociedad misma quién cohesiona y desata la maldad).

Uno de los directores claves de éste periodo es Fritz Lang, quién sobresale del expresionismo mismo y se consolida como una de las figuras claves en el desarrollo de la cinematografía universal. Lang cimenta su carrera en 1927 cuando realiza Metrópolis, una oda de ciencia ficción que remite a las estructuras del socialismo, a la lucha entre clases y a la crítica a la automatización de la sociedad y la economía; Metrópolis fue escrito por la entonces esposa de Lang Thea von Harbou (en la Alemania de los 20’s y los 30’s habían varias mujeres que participaban activamente en la industria cinematográfica ya sea como escritoras como von Harbou, directoras como Leni Riefenstahl o actrices de primera talla como Marlene Dietrich, de ahí la crítica al cine de Hollywood que fue hasta 2009 en que nominan y le dan un premio Oscar a una mujer). Con Metrópolis Lang cimenta la estructura narrativa del género de Ciencia Ficción y de fantasía futurista que sigue siendo influencia en la actualidad, basado la cinematografía del expresionismo pero modificando sus tomas con extremos ángulos y sombras a un espectáculo deslumbrante, sólido y con una crítica abierta que logra pasar desapercibida por estar debajo del espectáculo mismo.

Ese mismo año en Estados Unidos, Vitaphone Inc., una empresa subsidiaria de la compañía Warner Brothers logra desarrollar el sistema Vitaphone, el cual introduce por primera vez en la historia el sonido sincrónico en el cine, estrenándolo en la película The Jazz Singer de Alan Crossland.[1] El cisma en la industria cinematográfica debido a la aparición del sonido fue mundial, pero justamente los Alemanes fueron quienes lograron adaptarse enteramente a éste nuevo avance tecnológico y crear el lenguaje audiovisual que conocemos hasta el momento.

En 1930 con El ángel azul de von Stroholm se logra la primera película con una carga sonora relevante en la historia de la humanidad, la cual tiene aún defectos muy identificables, pero es el mismo Lang quien logra realizar en 1931 la primera película con una sonorización casi perfecta y metáforas auditivas; la película es la mítica M.

M narra la historia de un asesino serial de niños (Peter Lore) quien aterroriza a la cuidad de Dusseldorf, ante la imposibilidad de la policía para encontrarlo, éstos deciden realizar redadas a todos los barrios bajos de la ciudad arrestando a cuanto criminal vean pero sin éxito. Los jefes de los criminales por su parte deciden que la situación es demasiado imposible y como desconfían de las acciones de los agentes del orden, lo cual les lleva a tomar cartas en el asunto, utilizando al sindicato de mendigos para cubrir toda la ciudad por sectores y así poder vigilar a los posibles sospechosos. Finalmente la estrategia de los criminales resulta, encuentran al asesino y lo logran atrapar en un edificio de oficinas al cual también aprovechan para asaltar. Al mismo tiempo la policía indaga varias pistas y logran dar con la casa del asesino pero éste ya se encuentra detenido por los criminales quienes deciden realizar un juicio.

La mayor crítica de la película la encontramos durante el juicio. Lang nos plantea que la ley misma se encuentra en manos de asesinos y criminales y se da el razonamiento más crudo y realista de la película en manos de Lore quien indica que “el no puede evitarlo” y que no es justo que quienes más saben de asesinatos y falta de ética sean quienes lo marquen como culpable. En la misma escena los sindicatos de criminales dicen abiertamente que entregar al asesino ante la policía sería una pérdida de tiempo pues saben que podrían soltarlo en poco tiempo (y 80 años después parece una verdad continua en la humanidad).

Caben destacar tres momentos más de la película; en el minuto 15 con 20 segundos vemos momentáneamente al personaje de un psicólogo dictando la conducta criminal del asesino, retomando plenamente las teorías jungianas y Lacaneanas y demostrando una profundidad en la elaboración del personaje mismo (nótese que ese mismo personaje es la base para el mítico Dr. Strangelove de Stanley Kubrik [Dr. Strangelove or How stop worrying and love the bomb, 1964]), en esa misma secuencia, el comisionado de la policía menciona las acciones que están realizando sus tropas, lo cual da pié a que Lang critique y se burle abiertamente de ese ordenamiento al posicionar tomas opuestas a lo que se hace mención, denotando a las figuras de autoridad en Alemania misma.

Más directamente Lang crítica a las instituciones en el minuto 20 con 5 segundos; en el cual se hace mención directa a la búsqueda de las autoridades por el asesino y en particular la búsqueda de rastros de el crimen en un bosque, en una zona que visiblemente se asemeja a una suástica en construcción (recordemos que Lang filmaba enteramente en estudio por lo que sabemos que dicha construcción no es azarosa), al final de cuentas se trata de una crítica directa aunque vedada al poder ascendente del nazismo.

El siguiente elemento crítico se ve el minuto 46 con 45 segundos, aquí Lang posiciona la audiencia frente al ventanal de una juguetería dónde momentáneamente posiciona en el centro de la composición fotográfica un juguete de sillas voladoras que tiene la forma de una estrella de David y dentro del mismo cuadro se puede ver en la parte inferior (dentro de los puntos fuertes de la composición fotográfica inferior) la palabra “Matador”, de acuerdo a la definición de los diccionarios alemanes, la palabra matador es de origen español y tiene el mismo significado: (adj.) Que mata.

Aunque lo anterior suene a sobre interpretación de elementos semióticos, hay que recordar que Lang es considerado un director altamente controlador, no dejaba nada al azar y ninguna toma se salía de lo que él mismo planeaba. El control de Lang es milenario y fue quién estableció el estereotipo del director alemán rígido y poco empático hacia sus actores. En la misma escena final, en la que Peter Lore es tirado de las escaleras, la escena no quedaba como Lang quería y decidió que realmente fuera lanzado el actor para darle realismo y continuar filmando, lo cual hace que el gesto del resto de la toma de Lore sea una mezcla de dolor, angustia, odio e incertidumbre.

Técnicamente Lang enarbola una serie de metáforas auditivas nunca antes escuchadas en cine; específicamente crea el primer leitmotiv de la historia del cine con la tonada que silba el asesino desde el principio de la película (Hail to the mountain King de la sinfonía Número 1 de Peter Grieg), la es también la forma en que descubren al asesino mismo. También se denotan juegos auditivos como el que se da durante la redada de la policía a los bajos barrios la cual inicia sin sonido para efectos de un mayor dramatismo, lo mismo los juegos sonoros que elabora con el ciego vendedor de globos (quien reconoce al asesino y quien pone en alerta a los demás criminales).

Se trata de la película más madura del gran director Fritz Lang y la base estructural de lo que sería el Film Noir (cine Negro, cine policiaco o cine de detectives que se hiciera famoso en Estados Unidos durante los años 40’s y 50’s); cabe hacer mención de una anécdota de Lang: dos años después de la elaboración de M su esposa von Harbou se afilió al partido Nazi y queriendo mediar el ánimo entre la cúpula de aquel partido (quiénes habían censurado tanto M como a su siguiente película Das testament auch Dr. Mabuse de 1933) organizó una cena con el jefe de comunicación del partido Joseph Goebbels, la cena se llevo a cabo en calma y en la misma se le ofreció a Lang la dirección del estudio cinematográfico UFA (el principal estudio de cine de Alemania y uno de los principales de la Europa desde 1915 hasta 1945). Una vez terminada la cena, Lang regresó a su casa, agarró sus pertenecías más fáciles de cargar y se autoexilió a Francia esa misa noche, temiendo que lo peor estaba por venir.

Tenía razón, además de la guerra a la que entró Alemania con el resto de Europa, los filmes de Lang fueron vetados de Alemania y él mismo fue considerado enemigo del nazismo mismo por ser descendiente de judíos (su bisabuela había nacido judía pero se había cambiado al cristianismo cuando se casó). Lang emigró en 1937 a Estados Unidos dónde realizó varias películas (regenerando el género del Film Noir y dándole sus últimas características) y solo pudo regresar a Alemania hasta 1959 para dirigir sus dos últimas películas, pero sigue siendo considerado como EL director (Her Direktor) más importante de Alemania de las primeras décadas del siglo XX, el único capaz de evolucionar de una narrativa visual a una narrativa audiovisual y de realizar una crítica abierta a las estructuras de poder de su momento y salir avante de todo eso.

Es sumamente patético ver que a 80 años de su filmación la película sea más que un simple documento histórico sino también un reflejo de lo poco que ha evolucionado la justicia real en el mundo, es problemático encontrar ecos tan sonoros de la falta de justicia en pleno siglo XXI, en particular si ya alguien como Lang nos lo había mostrado con maestría, lo había vivido y había sobrevivido gracias a su capacidad de anticipar estructuras y movimientos políticos. También, Lang es el “padre cinematográfico” de directores de la talla de Woody Allen, Alfred Hitchcock, Stanley Kubrik, Orson Welles, Luis Buñuel, Jean-Luc Godard, Frncous Truffaut, Claude Chabrol y David Lynch entre otros (como Steven Speielberg y Tim Burton quienes dicen que lo veneran pero que por desgracia no se les ve su influencia en ninguna de sus películas).

Lang es un ejemplo a seguir tanto por cineastas como por analistas políticos y por humanistas de todas las disciplinas, quienes deben contemplar el poder mismo de los medios, ver cómo se pueden reflejar las necesidades de la sociedad y analizar la evolución o involución de las condiciones de justicia y las condiciones sociales a través del tiempo y así juzgar nuestras acciones en la actualidad ante hechos similares.



[1] Cabe hacer mención que el cine hasta 1927 era una experiencia enteramente visual, no existía forma tecnológica de filmar la película y grabar sonido al mismo tiempo, el sistema Vitaphone logra que el cine por primera vez se escuche, lo cual desemboca en un cisma existencial en el cine conocido hasta ese momento, la mayoría de los directores y actores no pudieron adaptarse al nuevo avance tecnológico y desaparecieron completamente del panorama, dando pie a nuevas generaciones y a un nuevo lenguaje



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